La Estrategia de una organización es la ruta a seguir camino hacia el futuro.
Pero el futuro no se espera, se construye. Construir el futuro significa, antes que nada, imaginarlo. Y luego anticiparse a los cambios, diseñar la estrategia y dirigir su implementación.
Las posibilidades hacia el futuro son interminables, infinitas, y generan otra tanta cantidad de ideas. Y cuando estas ideas se combinan, aparecen nuevas oportunidades.
El desafío es, entonces, identificar las oportunidades y convertirlas en negocios. Una estrategia exitosa dependerá de haber identificado y evaluado todas las oportunidades que se presenten.
La Estrategia es un proceso continuo
Como dijimos al principio: el futuro no se espera, se construye. Y en esta construcción, las oportunidades van apareciendo. No es necesario esperar hasta cierta fecha para sentarse a discutir el futuro. Las oportunidades se presentan todos los días, a toda hora.
Entonces, identificarlas, evaluarlas y reformular la estrategia se convierte en un proceso continuo.
La realidad de una organización debe estar basada en una acción innovadora, generadora de transformaciones de fondo en forma continua. Caso contrario, vendrá un inevitable estancamiento.
Hoy en día, ya no basta con reestructurar la cartera de clientes, reformular los recursos humanos o practicar una reingeniería de procesos. Las organizaciones del siglo XXI progresan cuando redefinen su estrategia, no como un acto reactivo al entorno sino como una anticipación al cambio.
Los Directivos, arquitectos de su organización
Diseñar la estrategia es planificar un proceso, para lo cual es necesario conocer qué oportunidades se presentan y cómo debe reaccionar al cambio cada departamento, cada sector, cada área de la organización.
Los directivos, como conocedores de todas las funciones, se convierten entonces en los arquitectos que tienen a su cargo no solo el diseño de la estrategia sino también su reformulación y re-creación para anticiparse a los cambios del futuro.
Para enfrentar los desafíos y apropiarse de las oportunidades, existen dos tipos de Estrategia:
- Pasiva, en la que el cambio se origina afuera, impacta adentro y se responde desde adentro hacia afuera. Es la Estrategia de Adaptación.
- Activa, en la que el cambio se origina adentro, desaparecen las fronteras y el afuera y el adentro interactúan retroalimentándose mutuamente. Es la Estrategia de Transformación.
Es este segundo tipo de estrategia la que convierte las debilidades en fortalezas estratégicas y, en forma proactiva, transforma las amenazas en oportunidades. Situación que depende exclusivamente de la organización y de cómo los directivos la afronten.
Crecimiento Continuo para una Competitividad Sostenible
Esta visto entonces que toda organización se construye a través de un proceso estratégico que no es lineal sino que se va reformulando a partir de decisiones tácticas que van surgiendo en la preparación para el cambio.
Crecer cuantitativamente sin tener en cuenta lo conceptual y lo científico es un crecimiento poco estratégico. Si una organización no adecua su modelo estratégico y lo revalida en forma continua, terminará perdiendo valor. En cambio, un crecimiento continuo previendo las idas y vueltas que presenta el entorno es más acertado para que la organización logre una competitividad sostenible en el tiempo.
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Muy interesante el articulo de por si ya su contenido es innovador, la sostenibilidad de la empresa es hoy tarea primordial para mantenernos en el negocio, y la perspectiva de competencia sostenible es muy interesante.